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Dale gas…

Javier García Guerrero, columnista económico de Radio Nacional, Mitre y otras, opina sobre el incremento en la tarifa de gas.

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El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) ha determinado que incrementando los costos de construcción del 2 al 5 % sobre los de una vivienda tradicional, es posible reducir los consumos en calefacción y refrigeración en un 50%. La falta de aislamiento adecuado determina que los consumos domiciliarios patagónicos lleguen a triplicar en cantidad los de otras localidades situadas en latitudes y climas semejantes.

Como consecuencia de la artificial caída del 80% en términos reales de las tarifas residenciales operada entre 2001 y 2012 pudo observarse un aumento del consumo que en el lapso que medió entre 2003 y 2015 hizo crecer el consumo de gas natural en un 41%, el de energía eléctrica en un 58% y el de naftas en un 153%.

Sin embargo la apresurada afirmación del actual Ministro del Interior Rogelio Frigerio al afirmar «Los gobernadores nos decían que era una locura porque teníamos diez grados bajo cero en las provincias del sur y la gente estaba en remera en la casa o abría las ventanas de tanta calefacción que tenían porque era gratis prácticamente el servicio público» es errónea. La mayoría de los patagónicos no disponen de la calefacción necesaria, ni son las actitudes de despilfarro individual, las fuentes principales de la ineficiencia energética.

La preocupación del estado nacional por el ahorro, podría manifestarse modificando la hora oficial en invierno y verano para aprovechar mejor la luz y las temperaturas según las estaciones como hacen la mayoría de los países. Podría establecer la obligatoriedad de incluir la Etiqueta de Eficiencia Energética como requisito excluyente de habilitación de las viviendas, particularmente las vinculadas a programas sociales

Podría disponer la aplicación de protocolos de actuación respecto del uso de la iluminación y calefacción en los edificios públicos, hasta llegar a la reducción del uso de corbatas para reducir los gastos de refrigeración como hizo España, que cuando aumentó el precio del petróleo redujo la velocidad máxima de las rutas, cambiando la totalidad de las respectivas señales camineras.

Sin la posibilidad de aplicar impuestos inflacionarios variables, ni manotear Fondos Jubilatorios, la mayoría de los estados practica un prolijo control de sus gastos operativos e incorporando el uso de los recursos energéticos de que dispone con mayor abundancia, como Uruguay que ya alcanzado a autoabastecerse de electricidad con energías renovables.

La información sobre eficiencia energética agrega valor económico, ambiental y social a los productos y servicios a los que se asocia, permitiendo al usuario, reconocer previamente el ahorro de las futuras facturas energéticas que supone elegir un inmueble, un electrodoméstico, una maquinaria, un automóvil, etc. por encima de otro, como con ocurre con muchos alimentos que anuncian su contenido calórico o nutricional en las etiquetas de su envase.

En muchos países los costos adicionales de mejoras en eficiencia energética en el sector privado son financiados a tasas diferenciales o con exenciones fiscales sobre la base de los ahorros para el erario público que conllevan, de modo de promover su empleo y son acompañados por campañas de difusión para difundir modos ventajosos alternativos de regular las temperaturas, la iluminación, las llamas, la velocidad, el uso del agua por las importantes ventajas que aportan a la comunidad.

Resulta audaz e inaceptable pedir austeridad a los ciudadanos mientras el déficit del sector público y la inflación anual se incrementan y se amplía el Ejecutivo a 26 Ministerios. Mientras se aumenta el endeudamiento público a las tasas más altas de Latinoamérica con excepción de las que afronta Venezuela. Con una inversión de Mu$s17, ENARSA Patagonia construyó en 2014 una planta de fraccionamiento de gas licuado de petróleo. Esta planta fue construida sobre terrenos que no pertenecían a la sociedad y que en mayo de 2016 aún no habían podido ser transferidos. Según la Universidad Nacional del Comahue, la planta adolecía de problemas en su construcción que impedían su puesta en marcha. Pese a todos estos problemas en Diciembre de 2015 la planta tenía personal dedicado y hasta un gerente general en Buenos Aires.

La deficiencia de los controles de las concesiones de las empresas hidrocarburíferas como PAN, Chevron o Petrobras, las mermas observables en el transporte y distribución de hidrocarburos, las corruptelas del gasto en subsidios e inversiones en energía que llevaron a la administración nacional a expandirlos desde 1,2% del PBI en 2008 a 4,1% del PBI en 2015 son problemas pendientes que aumentaron el déficit fiscal, sin lograr disminuir siquiera las emisiones de gases de efecto invernadero que entre 2003 y 2015 crecieron 144%.

Los costos de transporte desde las Economías Regionales, podrían reducirse un 25% mediante la utilización generalizada de GNC y aún más con la actualización del parque automotor que en un 90% excede con la tolerancia oficial, el promedio de vida útil aceptado en otros países.

El Ministro de Energía Aranguren, denunciado como presunto infractor de la Ley de Ética Pública por sus tenencia accionarias de Shell, no ha explicitado ni debatido un Plan Energético Integral ni las intervenciones que desarrollará para mejorar la eficiencia en la generación, distribución y despacho, como podría ser el procesamiento de hidrocarburos en origen, pero ha anunciado nuevos aumentos para cubrir el 65% remanente del subsidio a las empresas según las tarifas que les reconoce. En cualquier caso esos guarismos que no han sido expuestos a Audiencia Pública como marca la ley, no pueden ser asumidos como costos inherentes e inamovibles de los cuadros tarifarios, ni pueden ignorarse las graves falencias de la gestión estatal verificadas y aún vigentes, que afectan los costos, que se ubican entre los más elevados del mundo.

Los recientes anuncios de dos nuevas centrales nucleares presupuestadas en Mu$s12.000 o la confirmación de la construcción de las represas santacruceñas que con más de Mu$s 5.000 de costo han sido adjudicadas, superando los costos de extensión y modernización del Canal de Panamá, no son señales de auteridad. Tampoco se ha explicado cómo se distribuirá la energía adicional generada en una Provincia como Santa Cruz que no está en condiciones de absorberla y considerando que la modernización del sistema eléctrico de distribución vigente en la Argentina, para equipararlo con países con niveles de ingreso y desarrollo semejante implicarían una inversión de al menos Mu$s 67.000 antes del 2030 (Greenpeace)

La mora de los gobiernos en garantizar un buen aislamiento térmico habitacional, la cogeneración y la integración industrial reduciendo el 30% de desperdicio energético promedio (INTI), que desarticule los acaparamientos de garrafas, combustibles y lubricantes, que reduzca los subsidios a las petroleras (Mu$s8.000/año), reasigne los impuestos asociados a los combustibles (42% en la Argentina, 8% en USA) etc. son tareas pendientes que deberán comenzar a remediarse antes de agobiar a los estoicos ciudadanos, racionar el gas a los vehículos o cortarlo a las industrias.

En un mundo que aumentará durante los próximos 30 años el 50 % su gasto energético y que prevé que los mayores incrementos su demanda se registrará en los países en desarrollo, la discusión para dejar atrás el carbón y la leña es impostergable

El uso de leña para cocinar y calentar sus hogares, genera un humo de leña que ha sido definido por la Organización Mundial de la Salud como “el asesino de la cocina”. Este humo ya ocasiona 1,5 millones de muertes/año además de múltiples problemas que van desde las afecciones respiratorias y el cáncer al retraso mental. El 41% de los argentinos que habitan sobre la 3º mayor reserva hidrocarburífera del mundo sobreviven al frio usando leña, que es provista en muchas provincias por el propio estado mediante el Plan Calor y similares, sin un control que asegure siquiera la calidad y cantidad de las entregas que insumen muchos millones de los presupuestos nacionales y provinciales.

El Gobierno debe comprender que con independencia del sendero estratégico que elija para superar la encrucijada energética, antes de acusar de dispendiosa y demandar austeridad a la ciudadanía, deberá observar lo que dice el viejo proverbio árabe cuando afirma: “si quieres verme llorar, llora, si quieres verme reír, ríe tu primero”.

 

Lic. Javier García Guerrero.

Columnista Económico de LRA Radio Nacional Viedma y Mendoza, Radio Mitre, Radio Argentina, Radio Dolores, entre otras.-

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Opinión

¿Por qué marchamos?

Nota de opinión por Nicolás Rochas, apoderado Frente Renovador Distrito Río Negro.

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Nunca nadie que haya llegado al cargo de Presidente había confesado abiertamente, que a su entender, el Estado Nación es «el problema». Porque destruir el Estado no nos hará libres, simplemente nos expondrá ante el mundo casi como bienes fungibles, una nueva especie de res nullius en un planeta organizado en torno a países soberanos.

Marchamos porque no se trata de estar «en contra», sino de advertir las consecuencias de decisiones nefastas y evitar pérdidas que serán irreparables.

Porque gobernar es asignar prioridades y no puede estar antes la ganancia de un banquero que la comida de la gente.

Porque la inflación no puede detenerse a fuerza de pulverizar el salario.

Porque la Cultura, la Ciencia, el Deporte o el Arte, nunca (jamás) son un gasto, sino la inversión a través de la que un pueblo se expresa, se identifica, se distingue y crece.

En poco más de un mes, el gobierno de Javier Milei devaluó en más del 100% la moneda, quitó subsidios, subió tarifas, frenó la obra pública, desfinanció al Estado (tanto Nacional como a las provincias) y desprotegió a todo inquilino, consumidor o usuario. El precio de los alimentos se dispara día a día, pero aún más se le adelantan los medicamentos. Hay una confesa pretensión de asignarle a la recesión la estrategia para frenar los precios (macabra convicción, la de pensar que «no hay inflación en los cementerios»).

En nuestra historia democrática jamás tuvimos un gobierno tan disociado de la realidad, tan ajeno al padecimiento, tan insensible y brutal.

Ganar el balotaje le otorgó la legitimidad para el ejercicio del Poder Ejecutivo, no la adquisición llave en mano de un país (que le avisamos: no está en venta). Ser el Presidente le da facultades para administrar los recursos del Estado, no la Suma del Poder Público, ni el cúmulo de facultades con que los constituyentes contaron en la conformación de la república. También por esto marchamos, para recordarle conceptos tan básicos que parecen habérsele olvidado; premisas tan antiguas como sus recetas económicas del siglo XIX.

Buena parte de la sociedad argentina lo votó en la esperanza de un cambio. Pero ese cambio debe serlo en la mejora del conjunto, no en la aniquilación de todo lo que a su criterio configura “un gasto”. Cuando hablamos de Patria, País o Estado, no nos referimos a cifras, variables o estadística, sino a personas, individuos, ciudadanos. Existencias reales que comen, sufren y sienten; no son likes, ni visualizaciones; son angustias de padres, pies descalzos y pancitas que chiflan si no hay pan sobre la mesa.

Marchamos por la responsabilidad histórica que importa proteger la soberanía y por la sensibilidad social de cuidar a los que menos tienen. Marchamos para advertir sobre las consecuencias que pueden ser aún más gravosas y para intentar corregir desequilibrios que se profundizarán de seguir el curso de las cosas. Marchamos porque es nuestro país el que están rifando, en un experimento en el que (como diría Serrat) «juegan con cosas que no tienen repuesto”. Por todo esto, y tantas otras cosas, el 24 de enero marchamos!

Nicolás Rochas
Apoderado Frente Renovador – Distrito Río Negro.

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Opinión

A 40 años, 10 deudas pendientes de la Democracia

Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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En estos 40 años de la recuperación de la democracia hemos tenido 11 presidentes constitucionales en Argentina. Dos de ellos (Carlos Saúl Menem y Cristina Fernández de Kirchner) repitieron su mandato, encontrando otros casos en que han abandonado el gobierno, han asumido con anticipación, por la asamblea legislativa y/o por la ley de acefalía.

Han gobernado partidos únicos, en coaliciones y frentes electorales, todo ellos implementaron los planes que en el momento y bajo las condiciones propias, consideraron oportunos.

Sin pretender ser taxativo, ni ahondar en grandes debates, traigo a continuación algunos puntos para la reflexión. No se presentan ordenados, pero en su desarrollo deberían trabajarse unos y otros a la vez para surtir algún efecto. Se ofrecen, en tanto deudas pendientes de y en una democracia joven, latinoamericana y de “baja intensidad”, en palabras de O´Donnel.

 1. Necesidad de fortalecer, repensar y participar el Estado

No pareciera importar qué espacio político fuera a asumir, ya que siempre el tamaño, el funcionamiento, la composición y la eficiencia y eficacia del estado, se encuentran bajo la lupa.

Pareciera haber dos estrategias para abordar el asunto, una que pregona abiertamente la incapacidad de un estado gigante, bobo, estático y costoso para dar respuestas a las demandas de la ciudadanía; frente a otra que pretende repensar los espacios y reconfigurar su funcionamiento en relación directa y estrecha con las funciones que deba desarrollar para atender las demandas de una sociedad cada vez más compleja y atomizada.

En cualquiera de los casos, las vinculaciones con la academia, los centros de investigación, las asociaciones profesionales que investigan sobre el estado, parecieran insuficientes o incapaces de generar una agenda que posibilite una reflexión profunda sobre el deber ser de un estado existente y muchas veces único garante y sostén de los derechos y situaciones en los bordes, de gran parte de la sociedad.

Esperamos que, en esta nueva etapa, la convocatoria a repensar el estado sea amplia, y que haya participación de quienes pretenden dar sus mejores años y esfuerzo en servicio de las/os otras/os; en este espacio sindicatos, centrales obreras, profesionales de distintos campos (incluidas/os las/os mismos empleados públicos) tendrán mucho que aportar. Esperemos que la clase de estado que se diseñe sea con todas/os y que las propuestas de su mejora, fortalecimiento y nuevas funciones sean participativas, con una ciudadanía activa que se involucre, ya que al final de cuentas también es parte.

2. Políticas Públicas Participativas, con indicadores e información pública

Otro de los puntos débiles que hemos evidenciado a lo largo de estos años es la falta de claridad sobre el diseño, evaluación y/o funcionamiento del estado a través de sus políticas públicas.

Cualquier decisión político-institucional, para dejar de ser intuitiva, deberá contar con dos componentes claves: la disposición, utilización y apertura de información pública y el diseño, implementación y socialización de indicadores de gestión.

Es muy complicado suponer un escenario de acompañamiento y apoyo de las acciones, actividades, políticas y programas estatales sin poder conocer qué implica cada medida, cómo se pensaron, construyeron, quiénes ganan y quiénes pierden, con qué objetivo, con qué plazo y acaso cuál es el sentido de las decisiones.

Si en el horizonte hubiera una convocatoria amplia a discutir desde las bases y en la consideración de fortalecer un entramado que legitime políticas, es de esperar que la participación sea nutrida.

3. Nuevos vínculos y/o aprendizajes con y desde el sistema educativo

Es común oír críticas cruzadas sobre el sistema educativo en general y sus distintas partes en especial. Tanto desde afuera de él, como desde dentro, entre sus integrantes y entre sus niveles.

Cada nuevo gobierno que comienza diseña y trae consigo medidas, ideas y conceptos sobre el rol, pero sobre todo sobre el estado de situación y funcionamiento de la educación.

Algunas de las situaciones más notorias, pensadas por nivel, dan cuenta de:

  • – Un nivel inicial obligatorio desde los 4 años, pero que no es suficiente en su cobertura federal territorial y que ha dejado espacio al avance del sector privado
  • – Un nivel primario que aún con sus cosas funciona pero que, a no ser por contados casos, sigue siendo de escolaridad simple. Más allá de las decisiones familiares, una oferta más amplia de doble escolaridad y/o jornada extendida permitiría a una mayor cantidad de padres y madres disponer de ese tiempo laboral en la tranquilidad de que sus hijas/os se encuentran escolarizadas/os.
  • – Un nivel medio fuerte y ampliamente criticado con resultados de pruebas, sistemas de presentismo y no repitencias. Contenidos, muchas veces atemporales y la idea rectora de que no está a la altura de lo que se necesita para ingresar a la universidad y que la base que ofrece es muy baja, ineficiente, cuando no inexistente en áreas claves como matemática y lengua
  • – Un nivel superior que recibe, lo que llega, lo que alcanza a llegar del nivel anterior. Que se ha ido federalizando en las últimas dos décadas, con la aparición de Universidades Nacionales con correlato provincial. Oferta a la que se le suma las Universidades Provinciales, los Institutos Universitarios y todo el sector privado. Algunos datos son alarmantes referidos a la duplicación del promedio de los años de cursado de las carreras de grado, el desgranamiento de los estudiantes llegando a recibirse un 30% de los que ingresan y en general las condiciones y cuestiones socio-económicas que arrastran desde las familias, impactan en las aulas. Esta realidad de alguna manera fue leída por los últimos gobiernos, quienes (a veces directamente otras a través de las Universidades), han desembarcado un sistema de becas y apoyo al estudio, inclusive para carreras y áreas estratégicas.

El desafío es grande, ya que no podemos dejar de lado que existe un Consejo Federal de Educación que nuclea a las diferentes jurisdicciones en términos federales, pero que cada una de ellas es autónoma en las decisiones que puede y acaso toma. Entonces buscar nuevos espacios, nuevos modos y nuevas voces quizá en la especial coordinación de los niveles, posibilite el comenzar a desandar un camino de desconfianzas mutuas, de resquemores y construir puentes hacia lo que el sector público – privado demanda en la actualidad, y hará en el futuro.

4. Renovar, reconocer y revitalizar instancias de vinculación institucional e interinstitucional

Uno de los problemas más comunes que presentan quienes investigan, pero más aún quienes integran y gestionan el estado, es creer que todo lo que no sucede dentro de éste, no existe.

A la vista están algunas decisiones políticas que parten de la consideración de la capacidad instalada de las administraciones públicas: ofertas de servicios diseñadas en torno a la maquinaria disponible, gobiernos locales golpeando puertas y “bajando” obras públicas enlatadas, decisiones tomadas desde el escritorio valoradas en torno a cuánto cuestan económicamente.

Si bien existen diseños institucionales del estilo consejos locales o consejos asesores, son pocas las instancias ciertas de vinculación de los gobiernos locales con sus vecinas/os y de los gobiernos provinciales en línea de general.

Quizá el desafío sea pensar en nuevas mesas de vinculación y trabajo temáticas como espacios amplios. Buscando cómo y dónde se organiza la ciudadanía, pretendiendo acompañar esas expresiones y reclamos sin la intención de coartarlas sino de garantizarles una institucionalización plena, bajo el funcionamiento y modalidad a la que hayan llegado en acuerdo de partes.

5. Nuevos frenos y contrapresos de los poderes del estado

Es un debate histórico como la Argentina y ha tenido sus avances con la reforma de la Constitución Nacional en el año 1994, pero que aún se debe rediscutir y repensar.

Es que vemos cotidianamente ataques cruzados entre poderes, mejor dicho, entre personajes de los poderes públicos, los que dan cuenta de que conociendo la ley estiran al máximo sus atribuciones.

No son novedades los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), salvando provincias y/o municipios, o los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que muchas veces avanzan sobre atribuciones del legislativo. Fallos del Poder Judicial que se “entrometen” en tiempos electorales en internas partidarias e inclusive de clubes de fútbol y cómo olvidarnos de esa dimensión de lo intocable de los magistrados que les garantiza estar exentos de algunos impuestos y deber validar su cargo de manera pública. Del otro lado un poder legislativo que posibilita bancas vitalicias y no de la misma forma abona a los debates de fondos que la sociedad reclama.

Cualquier intensión de mejora del estado y del funcionamiento de los poderes de éste, deberá versar sobre quién hace, quién controla y para qué, eso sí, con debates públicos, abiertos y con participación de la ciudadanía; ya que la misma que elige a por lo menos dos poderes del estado, debe ser la misma que comprenda y diseñe este nuevo sistema.

6. Transparencia y oxígeno en los partidos políticos

El sistema argentino establece que los candidatos surjan de los partidos políticos, los cuales han ido mudando de la idea de “partidos de masas” a la de “frentes electorales”. Esta mutación implicó algunos inconvenientes en términos de cohesión ideológica, impactando de lleno en las propias bases del electorado que no termina de reconocerse en tal o cual espacio.

Algo de avance implicó las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), ya que posibilita que los partidos diriman su interna de forma pública, aunque a la vez recibieron críticas de no ser necesarias, de implicar un gasto superfluo para el estado y que al hacer públicas las internas, los mismos partidos no sabrían y/o conocerían cómo dirimir sus conflictos internos.

Quizá sea tiempo de comenzar en buscar nuevos mecanismos que oxigenen los partidos políticos, no perdamos de foco que estas super estructuras (que en tiempos de “normalidad” se encuentran distantes), evidencian su capacidad de organización y cohesión en tiempos electorales, donde surgen candidatos, aparecen nombres y rápidamente se cierran filas y todo se presenta como lógico.

Si el tiempo que se viene demanda de algo, es que los partidos puedan territorializar de forma permanente su participación en la sociedad, que aporten en formación políticas, que participen activamente en los debates públicos locales, regionales y nacionales, que generen agenda pública y que formen nuevos cuadros políticos, institucionales, pero sobre todo ideológicos.

7. Establecer prioridades y un núcleo rígido sobre temas estratégicos nacionales

No son pocas las veces en que nos encontramos con cambios de gobiernos que no cambian únicamente de modelos de gestión (más cerca o más distantes de la ciudadanía), sino de norte institucional, por comprender que algunos temas que se venían abordando ya no son prioritarios.

Esto nos deposita frente a un mosaico de políticas públicas que van quedando de forma residual en un estado poco diseñado para hacer frente, cada 2 o 4 años a diferentes iniciativas.

Nuestra Constitución Nacional, cuya última reforma fue en 1994, estableció una suerte de “núcleo rígido” o núcleo de coincidencias básicas al que arribaron y acordaron los dos partidos mayoritarios de la época. Esto permitió un punto de encuentro y un horizonte de construcción común.

Si pudiéramos como país establecer algo similar, es decir abrir tema por tema, con ganas de debatir y avanzar hacia la generación de una agenda estratégica para los próximos 20 o 30 años, estaría organizando nuestro núcleo rígido sobre, quizá: matriz energética, sistema productivo, relaciones internacionales regionales y globales, modelo de acumulación y reparto, capacidad y rol de estado, entre otros.

Esta propuesta, “derramada” hacia gobiernos provinciales y locales, en este concierto federal, permitiría aunar esfuerzos de gestión en una misma dirección, dar sentido y valor a los planes de desarrollo y contener esas iniciativas que emanen, a pesar de las condiciones.

8. Federalizar lo federalizable, contagiando modelos de gestión y construyendo comunidad

Son muchos los esfuerzos y puntos comunes entre gobiernos subnacionales y gobierno nacional, rápidamente podemos mencionar los Consejos Federales en tanto espacio de vinculación y/o negociación, el Senado como nuevo lugar de equilibrio de representación de las provincias ante el sistema todo y el modelo de coparticipación federal (aunque debería ser rediscutido).

No se trata de inmiscuirse en asuntos ajenos. Cada nivel y cada poder tiene establecido normativamente su alcance e injerencia; aunque sigue siendo inminente y cada vez más urgente la necesidad de acordar.

Si pensáramos en términos asociativos desde lo local, municipios trabajando en bancos de experiencias exitosas, con sus Intendentas/es y Concejalas/es en red. Gobernadoras/es encontrándose con intenciones de mutua colaboración y entre todas/os discutiendo, debatiendo y proponiendo en un esquema federal, no caben dudas que se construirían nuevos y más legítimos (por su uso activo y actual), mecanismos de decisión y coordinación de políticas públicas temáticas, pero sobre todo de formación política.

Este tipo de esquemas asociativos, colaborativos son tema de estudio de la academia, quizá nuevas y más fuertes vinculaciones con ese sector puedan dar pistas e indicios de su potencia y quizá permitan trazar una hoja de ruta de cómo comenzar a diseñarlos, en consideración de los nuevos desafíos de un país tan extenso y complejo en su heterogeneidad.

9. Regionalizar efectivamente el poder en América Latina y el Caribe

Hemos, a lo largo de estos más de 200 años de historia en Argentina, evidenciado acuerdos y rupturas globales, cambios en la geopolítica, caída de naciones, aparición y desaparición de regiones enteras como tales, unificación y división de países, acuerdos y desacuerdos comerciales; dos y quizá estemos en camino a una tercera guerra mundial.

Si bien estamos tentados a mirar y tamizar todo desde la óptica europea, es cierto y tangible el riesgo de ello. Desde la academia ha habido avances y notorios aportes para pensar a y desde América Latina y el Caribe. Es que comprender la matriz de dominación (ahora económica), los planes provenientes desde la parte norte del hemisferio para apoderarse de los recursos naturales, en la región y comprender y tener presente que 200 años de “liberación” no terminan de cortar las amarras con Europa, es la clave para comprender con acierto lo hondo del problema.

Esta nueva óptica nos permite mirar y construir un pensamiento latinoamericano (no es que no haya pensadores), sino que revisar las políticas públicas en clave latinoamericana nos daría la ventaja de poder determinar de antemano su capacidad de funcionamiento, de impacto, quizá hasta de recepción local.

Mientras que grandes potencias mundiales, buscan formas distintas de asociarse entre sí, por mencionar rápidamente a algunas (la Unión Europea, la Euro Zona, los Brics, el grupo de los 8), en Argentina no terminamos de admitir que somos Latinoamericanos y que amén de alguna que otra relación comercial global, los aliados estratégicos deberían ser en primera medida nuestros vecinos con quienes compartimos historia cultural y de dominación histórica.

Este pasado común y horizonte en miras de una Patria Grande, debería motivarnos a rediscutir instrumentos de política regional como el Mercosur o el Parlasur, no para su desaparición, sino para valorarlos, rediseñarlos, oxigenarlos y nutrirlos de contenido político.

10. Comprender la influencia de los medios de comunicación en la vida de las personas

Es extensa la discusión sobre el rol de los medios de comunicación, su objetividad o militancia ideológica y partidaria y al fin y al cabo la necesidad de su existencia para garantizar estar informado.

En los últimos años, con la aparición de las nuevas tecnologías de la información, internet y los celulares, más en el último tiempo las nuevas formas de comunicación, como las redes sociales, las plataformas de streaming, los canales de youtube, inclusive los podcast de Spotify, han cambiado los hábitos de consumo y el modo de informarse.

Es un fenómeno global en esta nueva etapa del capitalismo que demanda de más y más rápido consumo, entre esos productos, se encuentran los contenidos digitales, y por ende la posibilidad de consumir noticias, medios y opiniones.

Una rápida pregunta es ¿cuál es la relación de los medios (todos ellos, en todos sus formatos) con los integrantes de las familias, y cómo repercute en distintos niveles de consumo y/o conocimiento adquirido, en tiempos de hiperconectividad?

Es decir, ¿todos los integrantes de un núcleo familiar, con sus distintas edades, consumen la misma información en diferentes formatos, o quizá los formatos clásicos son para cierta franja etaria que encima los considera como los únicos y los válidos?

Si encima uno quisiera cruzar esta posibilidad casi infinita de consumo de información, no siempre chequeada, con algo tan complejo como es la política, podríamos saber ¿cuánto influyen en los hábitos cotidianos y acaso en demonizar y/o santificar a algún candidato o política? ¿Qué queda detrás de todo eso?

No pretendiendo ahondar en un tema tan complejo, entiendo que el tiempo que se viene demanda de comenzar a pensar ¿dónde queda el estado y las personas, en este esquema?, y en esta misma dirección, ¿quién decide por quién?

Quizá el mayor desafío que tengamos por delante sea encontrar los espacios para comenzar a desenmarañar esta carrera a la que nos subimos sin las medidas de seguridad, o sin las instrucciones de uso, porque por más que no terminemos de comprender cómo y/o por qué se dan las cosas, éstas nos afectan de igual manera y directamente.

El poder construir espacios de reflexión, para aproximarnos al fenómeno, lugares de encuentro interdisciplinarios, pero sobre todo intergeneracionales, nos posibilitará comenzar a discutir y pensar en ello.

Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

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Opinión

Día de Las Personas con discapacidad: Discapacidad y trabajo, un decreto inclusivo, y los desafíos del nuevo gobierno

Nota de opinión por Emilio Epulef. Licenciado en Comunicación Social.

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El trabajo para todas las personas lo dignifica, y es un derecho fundamental en la sociedad moderna en donde la interacción social necesita siempre de la mano de obra o conocimientos en labores diversas. Para las personas con discapacidad este derecho es una necesidad acuciante en el cual el Estado Nacional no ha logrado abrevar, en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad sancionada en el año 2006, pero que en nuestro país entró en vigor en el año 2008, mediante la ley 26.378, y en el año 2014, mediante la ley 27.044 se le otorgo jerarquía constitucional, afirma en su artículo 27 el derecho y el acceso al trabajo de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones que las demás, este derecho involucra a los estados partes de la presente convención, además pregona que dichos ambientes laborales, sean abiertos, integrales, y accesibles para la población con discapacidad, en Argentina este derecho está legislado por la ley 22.431 del año 1981 en el cual en su octavo articulo afirma el derecho al trabajo, y establece además que los estados y sus tres poderes independientes, los organismos y empresas públicas y privadas tienen la obligación de tener en su planta de trabajadores un total de 4% de personas con discapacidad, esto fue reafirmado por el decreto 312 del año 2010.

Si bien estos derechos no han sido cumplidos en su totalidad, aquí vemos que la tasa de desempleo en personas con discapacidad es superior al 10% de la población, según datos obtenidos por el indec en el año 2018, esto es superior a la tasa de desempleo general que es del más del 6%, además la tasa de inactividad de este sector social es del 64,1% esto incluye que solo dos de cada tres personas no poseen ni buscan trabajo, ya que una de las barreras a las cuales deben enfrentarse es la económica, debido que si realizan aportes a la caja previsional, corren el riesgo de perder su beneficio no contributivo. Lo cual produciría un daño social, sino también económico a la persona con discapacidad y se lo excluiría socialmente, y se lo impediría de acceder a los servicios básicos.

En Argentina la convención no se cumple, sin embargo, el día 29 de Noviembre de este año, entro en vigencia el decreto N° 526/2023 publicado en el boletín oficial, y rubricado por el ejecutivo nacional.  Que establece que toda persona con discapacidad pueda acceder a un empleo sin perder su pensión no contributiva que era una de las barreras en las cuales debían interactuar las personas con discapacidad. Esto sin duda genera un cambio positivo en ámbitos de inclusión, no solo social, sino también laboral y cultural, pero siembra dudas ya que a partir del 10 de diciembre asume el nuevo presidente electo, cuya política estará signada por el ajuste fiscal.

Este decreto es un gran paso para generar accesibilidad laboral, social y cultural, solo falta saber cómo el nuevo gobierno lo instrumentara y que políticas sociales implementara para contener a este sector social, y no generar más exclusión, y promover la integración de las personas en situación de discapacidad.

Nota de opinión por Emilio Epulef
Licenciado en Comunicación Social.

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