Seguinos

Opinión

Ansiedad o desorientación?… por cercanía

El contador Oscar «Cachi» Carballo analiza una nota de opinión del dirigente político Julio Bárbaro en el diario Infobae.

el

El título de la presente solo va a exteriorizar un sentimiento profundo que sentí en la tarde el domingo cuando leía detenidamente una nota similar que publicaba Infobae en su diario digital de ese día escrita por Julio Bárbaro. Por supuesto que me refiero a similar solo desde el punto de vista de que se trataba de una nota de opinión, pero salvando la distancia en cuanto a contenido, dado que siempre he leído y escuchado con atención las reflexiones de su autor porque las consideraba y considero sentidas, analíticas, profundas y desvestidas de todo fanatismo como en general suelen expresarse los políticos. Fundamentalmente los políticos fanáticos y obsecuentes no tanto de ideologías como de pseudo representantes de ellas.

El tema en cuestión, más allá de este pequeño introito, es que observo en la nota una clara lectura evaluadora que permita explicar de la mejor manera posible porqué quienes no somos ni nos parecemos tanto al PRO ni a CAMBIEMOS votamos a este gobierno y, a partir de ello, como nos va con nuestra conciencia por lo que vivimos antes y lo que estamos viviendo.

Digo esto porque soy uno de los tantos que sin dudar un solo instante, hace ya un largo tiempo o una década por lo menos, habíamos decidido hacer todo lo posible para que esta banda de ladrones y vendedores de ilusiones dejaran de estar en el poder y también en cualquier otro lugar desde donde pudieran tener algún grado de influencia sobre la vida de cualquier humano normal aquí o en cualquier parte del planeta.

Estos integrantes variados de la asociación ilícita más impresionante de la historia de Argentina y de varias regiones del resto del mundo juntas, deben ser tratados solo como merecen por ladrones, hipócritas, traficantes, y responsables de las muertes de cientos de miles de personas por su accionar o su inacción premeditados, solo para enriquecerse sin límites y generar un campo minado en una sociedad que bien puede vivir dignamente con todos sus integrantes en un marco democrático y de vida plena de las instituciones como soñó y sueña todo el pueblo Argentino.

Por supuesto que la disolución y el estallido del kirchnerismo lo advertimos todos hace mucho tiempo pero creo que nadie iba a pensar que terminaría aburriéndonos por el grado exagerado de posibilidad de superar sus propios límites, como terminan últimamente lográndolo los escandalosos e impúdicos datos revelados por la justicia y los medios.

Dice Bárbaro “Muchos adoradores de aquella monarquía en crisis intentan sostener su pasión revirtiendo su amor a Cristina en fuerte odio a Macri. Y como debía ser, ya aparecieron los custodios de la nueva fe que devalúan a quien se le pase por la mente dudar del nuevo Gobierno virtuoso: los presidentes pasan mientras el fanatismo queda. Cristina lo exacerbó pero, al irse, no pudo cargarlo en sus bolsos, lo dejó imperando en medio de la misma realidad”.

Yo, al igual que el autor de la nota original estoy en “…en la lista de los desubicados de siempre; con los que se fueron me unía el espanto y con los nuevos, a veces coincido y otras, no”.

Todos los párrafos siguientes de la nota me incluyen en la idea general pero creo que debo reforzar mi sentimiento de frustración en tres o cuatro breves conceptos que marcan que mi ansiedad y desorientación son importantes, pero mucho más importante es que se refunde la Democracia nacional abatida y se jerarquicen las instituciones ya que este es el único camino a la victoria de TODOS LOS ARGENTINOS.

Para ello por supuesto es imprescindible que se mantenga esta reciente corriente de libertad de expresión, capacidad de asumir errores, capacidad de intento de corrección de los errores asumidos y, fundamentalmente, aprender a valorar a las personas que integran el gobierno solo como eso y no sostener a rajatablas ejecutores de políticas para todos que no tienen ni siquiera concepto de lo que es sensibilidad social y solo actúan en virtud de los resultados de fórmulas econométricas que adquirieron como parámetros de vida en sus respectivos posgrados o masters profesionales.

Una sociedad destruida económicamente se recupera con acciones no solo económicas sino fundamentalmente con políticas sociales acompañadas de modelos y estrategias económicas acordes.

Mucho menos se recuperará solo con modelos econométricos una sociedad que además fue destruida en su estructura social y que alcanzo límites insospechados de grieta humana. Por ello quienes votamos por exclusión o por adhesión sentimos la necesidad de marcarle al Presidente y su séquito la necesidad de evaluar realidades, reprogramar modelo y estrategia y, urgentemente, generar el marco adecuado para que todos defendamos su continuidad a rajatablas. Nuevas fisuras sociales atentan contra ello pero fundamentalmente hacen lugar a la debilidad del sistema democrático, aunque no haya ninguna posibilidad de que involucionemos a los tiempos del ya defenestrado kirchnerismo.

Reniego también y mucho contra los que quieren hacernos creer que hoy la estamos pasando mal porque nos equivocamos al votar. Creo que ello es un error fundacional ya que con los que estaban el camino era el abismo y por ello a los que gobiernan hoy los volvería a votar. Pero ojo también validemos que donde impera el dogma agoniza la razón y no repitamos estrategias pasivas que después no tengan retorno.

La sociedad padece lo que padece por inacción global. Me apresuro a decir que no estoy incitando a la violencia porque no es de mi estilo pero si digo que si la sociedad en su conjunto nos hubiéramos interesado y puesto en acción en tiempo y forma, hoy no nos aburriríamos con los exabruptos del kirchnerismo ni nos lamentaríamos de nuestra situación actual o la nuestra o de nuestros pares.

Ojo con suponer que los culpables de lo recibido son los ciudadanos y los salvadores virtuosos las empresas. Estas últimas son personas jurídicas con objeto social concreto, no saben de sensibilidad y mucho menos social. Son si ciertamente mecanismos generadores de espacios productivos y laborales necesarios para crecer pero no descuidemos su accionar desde el Estado porque ellos no se detienen ante la necesidad del resto, avanzan solo por lo propio.

En este contexto creo que Cambiemos tiene una similitud de pensamiento cercana a lo esbozado y ello hace que su política económica exteriorice errores básicos que lo alejarán rápidamente de sus promesas de campaña, pero mucho más rápidamente de la gente que los arrimó al poder.

Demos por sabido que, al igual que en el fútbol argentino, quienes son los autores intelectuales y materiales del fraude brutal y la decadencia institucional y social, no tienen ninguna posibilidad de actuar distinto porque sus objetivos y sus mezquinos fines siguen siendo siempre los mismos y plenamente arraigados por ser básicamente actores de mala entraña.

Necesitamos empezar a creer y tener fe pero con nuevos actores que nos den la posibilidad, aunque remota, de que tienen vocaciones y capacidades distintas de las de los genios del pasado.

Por supuesto con la minoría de los políticos del pasado que son buena gente y con capacidades, aprovechemos sus bondades para hacer estructuras de asesoramiento que servirán y mucho por su experiencia para el diseño y ejecución de modelos operativos.

LOS QUE CHOCARON TODO TIPO DE MODELO PROBADO NO PUEDEN SER MÁS CHOFERES DEL DESTINO DE LA SOCIEDAD.

Respecto del kirchnerismo no corremos riesgos de volver a pecar, porque como bien dice Julio Bárbaro “… es parecido a un avión derribado, toda la explicación la aportan las cajas negras”.

Es cierto que no es cuestión de peronismo ni radicalismo ni liberalismo. Es cuestión de que la sociedad toda pueda volver a vivir con dignidad y para ello vamos a tener que desarmar buena parte de lo que nos vendieron como modernidad.

Dice también Bárbaro “La caída del muro de Berlín funcionó como la ruptura del límite para la concentración económica. Nuestro problema es de distribución, los grandes concentrados (legítimos y corruptos) se llevan demasiado y el resto de la sociedad no puede vivir con dignidad. Los kirchneristas destruyeron todo sin tocar ninguna concentración, salvo la mediática que los molestaba a ellos pero no a la sociedad. Ahora necesitamos reconstruir el capitalismo limitando a sus dos enemigos, los burócratas y los concentradores. Iniciativa privada con dispersión del capital donde se pueda. Lo otro genera ganancias mientras degrada sociedades”.

Coincido también en que tenemos un Estado elefantiásico e inútil para alcanzar los objetivos enunciados y unos privados sin competencia ni límites que hacen que la situación se acerque peligrosamente a la máxima expresión nefasta que podamos esperar. Es más importante y prioritario reducir la concentración en todos sus perfiles que convocar a la inversión. Con el tiempo todo llega aunque este gobierno no parece muy propenso a aceptarlo como receta operativa.

Me pone ansioso y desorientado estar tan cerca de Julio Bárbaro pero esto alimenta mi deseo de que se termine definitivamente con la famosa grieta y se trabaje decididamente por la argentina que no es otra cosa que trabajar incansablemente por TODOS LOS ARGENTINOS.

 

Oscar A. «Cachi» Carballo
DNI N° 8.213.435.-

Advertisement
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Opinión

¿Por qué marchamos?

Nota de opinión por Nicolás Rochas, apoderado Frente Renovador Distrito Río Negro.

el

Nunca nadie que haya llegado al cargo de Presidente había confesado abiertamente, que a su entender, el Estado Nación es «el problema». Porque destruir el Estado no nos hará libres, simplemente nos expondrá ante el mundo casi como bienes fungibles, una nueva especie de res nullius en un planeta organizado en torno a países soberanos.

Marchamos porque no se trata de estar «en contra», sino de advertir las consecuencias de decisiones nefastas y evitar pérdidas que serán irreparables.

Porque gobernar es asignar prioridades y no puede estar antes la ganancia de un banquero que la comida de la gente.

Porque la inflación no puede detenerse a fuerza de pulverizar el salario.

Porque la Cultura, la Ciencia, el Deporte o el Arte, nunca (jamás) son un gasto, sino la inversión a través de la que un pueblo se expresa, se identifica, se distingue y crece.

En poco más de un mes, el gobierno de Javier Milei devaluó en más del 100% la moneda, quitó subsidios, subió tarifas, frenó la obra pública, desfinanció al Estado (tanto Nacional como a las provincias) y desprotegió a todo inquilino, consumidor o usuario. El precio de los alimentos se dispara día a día, pero aún más se le adelantan los medicamentos. Hay una confesa pretensión de asignarle a la recesión la estrategia para frenar los precios (macabra convicción, la de pensar que «no hay inflación en los cementerios»).

En nuestra historia democrática jamás tuvimos un gobierno tan disociado de la realidad, tan ajeno al padecimiento, tan insensible y brutal.

Ganar el balotaje le otorgó la legitimidad para el ejercicio del Poder Ejecutivo, no la adquisición llave en mano de un país (que le avisamos: no está en venta). Ser el Presidente le da facultades para administrar los recursos del Estado, no la Suma del Poder Público, ni el cúmulo de facultades con que los constituyentes contaron en la conformación de la república. También por esto marchamos, para recordarle conceptos tan básicos que parecen habérsele olvidado; premisas tan antiguas como sus recetas económicas del siglo XIX.

Buena parte de la sociedad argentina lo votó en la esperanza de un cambio. Pero ese cambio debe serlo en la mejora del conjunto, no en la aniquilación de todo lo que a su criterio configura “un gasto”. Cuando hablamos de Patria, País o Estado, no nos referimos a cifras, variables o estadística, sino a personas, individuos, ciudadanos. Existencias reales que comen, sufren y sienten; no son likes, ni visualizaciones; son angustias de padres, pies descalzos y pancitas que chiflan si no hay pan sobre la mesa.

Marchamos por la responsabilidad histórica que importa proteger la soberanía y por la sensibilidad social de cuidar a los que menos tienen. Marchamos para advertir sobre las consecuencias que pueden ser aún más gravosas y para intentar corregir desequilibrios que se profundizarán de seguir el curso de las cosas. Marchamos porque es nuestro país el que están rifando, en un experimento en el que (como diría Serrat) «juegan con cosas que no tienen repuesto”. Por todo esto, y tantas otras cosas, el 24 de enero marchamos!

Nicolás Rochas
Apoderado Frente Renovador – Distrito Río Negro.

Continuar leyendo

Opinión

A 40 años, 10 deudas pendientes de la Democracia

Nota de opinión por Federico Vasches, integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

el

En estos 40 años de la recuperación de la democracia hemos tenido 11 presidentes constitucionales en Argentina. Dos de ellos (Carlos Saúl Menem y Cristina Fernández de Kirchner) repitieron su mandato, encontrando otros casos en que han abandonado el gobierno, han asumido con anticipación, por la asamblea legislativa y/o por la ley de acefalía.

Han gobernado partidos únicos, en coaliciones y frentes electorales, todo ellos implementaron los planes que en el momento y bajo las condiciones propias, consideraron oportunos.

Sin pretender ser taxativo, ni ahondar en grandes debates, traigo a continuación algunos puntos para la reflexión. No se presentan ordenados, pero en su desarrollo deberían trabajarse unos y otros a la vez para surtir algún efecto. Se ofrecen, en tanto deudas pendientes de y en una democracia joven, latinoamericana y de “baja intensidad”, en palabras de O´Donnel.

 1. Necesidad de fortalecer, repensar y participar el Estado

No pareciera importar qué espacio político fuera a asumir, ya que siempre el tamaño, el funcionamiento, la composición y la eficiencia y eficacia del estado, se encuentran bajo la lupa.

Pareciera haber dos estrategias para abordar el asunto, una que pregona abiertamente la incapacidad de un estado gigante, bobo, estático y costoso para dar respuestas a las demandas de la ciudadanía; frente a otra que pretende repensar los espacios y reconfigurar su funcionamiento en relación directa y estrecha con las funciones que deba desarrollar para atender las demandas de una sociedad cada vez más compleja y atomizada.

En cualquiera de los casos, las vinculaciones con la academia, los centros de investigación, las asociaciones profesionales que investigan sobre el estado, parecieran insuficientes o incapaces de generar una agenda que posibilite una reflexión profunda sobre el deber ser de un estado existente y muchas veces único garante y sostén de los derechos y situaciones en los bordes, de gran parte de la sociedad.

Esperamos que, en esta nueva etapa, la convocatoria a repensar el estado sea amplia, y que haya participación de quienes pretenden dar sus mejores años y esfuerzo en servicio de las/os otras/os; en este espacio sindicatos, centrales obreras, profesionales de distintos campos (incluidas/os las/os mismos empleados públicos) tendrán mucho que aportar. Esperemos que la clase de estado que se diseñe sea con todas/os y que las propuestas de su mejora, fortalecimiento y nuevas funciones sean participativas, con una ciudadanía activa que se involucre, ya que al final de cuentas también es parte.

2. Políticas Públicas Participativas, con indicadores e información pública

Otro de los puntos débiles que hemos evidenciado a lo largo de estos años es la falta de claridad sobre el diseño, evaluación y/o funcionamiento del estado a través de sus políticas públicas.

Cualquier decisión político-institucional, para dejar de ser intuitiva, deberá contar con dos componentes claves: la disposición, utilización y apertura de información pública y el diseño, implementación y socialización de indicadores de gestión.

Es muy complicado suponer un escenario de acompañamiento y apoyo de las acciones, actividades, políticas y programas estatales sin poder conocer qué implica cada medida, cómo se pensaron, construyeron, quiénes ganan y quiénes pierden, con qué objetivo, con qué plazo y acaso cuál es el sentido de las decisiones.

Si en el horizonte hubiera una convocatoria amplia a discutir desde las bases y en la consideración de fortalecer un entramado que legitime políticas, es de esperar que la participación sea nutrida.

3. Nuevos vínculos y/o aprendizajes con y desde el sistema educativo

Es común oír críticas cruzadas sobre el sistema educativo en general y sus distintas partes en especial. Tanto desde afuera de él, como desde dentro, entre sus integrantes y entre sus niveles.

Cada nuevo gobierno que comienza diseña y trae consigo medidas, ideas y conceptos sobre el rol, pero sobre todo sobre el estado de situación y funcionamiento de la educación.

Algunas de las situaciones más notorias, pensadas por nivel, dan cuenta de:

  • – Un nivel inicial obligatorio desde los 4 años, pero que no es suficiente en su cobertura federal territorial y que ha dejado espacio al avance del sector privado
  • – Un nivel primario que aún con sus cosas funciona pero que, a no ser por contados casos, sigue siendo de escolaridad simple. Más allá de las decisiones familiares, una oferta más amplia de doble escolaridad y/o jornada extendida permitiría a una mayor cantidad de padres y madres disponer de ese tiempo laboral en la tranquilidad de que sus hijas/os se encuentran escolarizadas/os.
  • – Un nivel medio fuerte y ampliamente criticado con resultados de pruebas, sistemas de presentismo y no repitencias. Contenidos, muchas veces atemporales y la idea rectora de que no está a la altura de lo que se necesita para ingresar a la universidad y que la base que ofrece es muy baja, ineficiente, cuando no inexistente en áreas claves como matemática y lengua
  • – Un nivel superior que recibe, lo que llega, lo que alcanza a llegar del nivel anterior. Que se ha ido federalizando en las últimas dos décadas, con la aparición de Universidades Nacionales con correlato provincial. Oferta a la que se le suma las Universidades Provinciales, los Institutos Universitarios y todo el sector privado. Algunos datos son alarmantes referidos a la duplicación del promedio de los años de cursado de las carreras de grado, el desgranamiento de los estudiantes llegando a recibirse un 30% de los que ingresan y en general las condiciones y cuestiones socio-económicas que arrastran desde las familias, impactan en las aulas. Esta realidad de alguna manera fue leída por los últimos gobiernos, quienes (a veces directamente otras a través de las Universidades), han desembarcado un sistema de becas y apoyo al estudio, inclusive para carreras y áreas estratégicas.

El desafío es grande, ya que no podemos dejar de lado que existe un Consejo Federal de Educación que nuclea a las diferentes jurisdicciones en términos federales, pero que cada una de ellas es autónoma en las decisiones que puede y acaso toma. Entonces buscar nuevos espacios, nuevos modos y nuevas voces quizá en la especial coordinación de los niveles, posibilite el comenzar a desandar un camino de desconfianzas mutuas, de resquemores y construir puentes hacia lo que el sector público – privado demanda en la actualidad, y hará en el futuro.

4. Renovar, reconocer y revitalizar instancias de vinculación institucional e interinstitucional

Uno de los problemas más comunes que presentan quienes investigan, pero más aún quienes integran y gestionan el estado, es creer que todo lo que no sucede dentro de éste, no existe.

A la vista están algunas decisiones políticas que parten de la consideración de la capacidad instalada de las administraciones públicas: ofertas de servicios diseñadas en torno a la maquinaria disponible, gobiernos locales golpeando puertas y “bajando” obras públicas enlatadas, decisiones tomadas desde el escritorio valoradas en torno a cuánto cuestan económicamente.

Si bien existen diseños institucionales del estilo consejos locales o consejos asesores, son pocas las instancias ciertas de vinculación de los gobiernos locales con sus vecinas/os y de los gobiernos provinciales en línea de general.

Quizá el desafío sea pensar en nuevas mesas de vinculación y trabajo temáticas como espacios amplios. Buscando cómo y dónde se organiza la ciudadanía, pretendiendo acompañar esas expresiones y reclamos sin la intención de coartarlas sino de garantizarles una institucionalización plena, bajo el funcionamiento y modalidad a la que hayan llegado en acuerdo de partes.

5. Nuevos frenos y contrapresos de los poderes del estado

Es un debate histórico como la Argentina y ha tenido sus avances con la reforma de la Constitución Nacional en el año 1994, pero que aún se debe rediscutir y repensar.

Es que vemos cotidianamente ataques cruzados entre poderes, mejor dicho, entre personajes de los poderes públicos, los que dan cuenta de que conociendo la ley estiran al máximo sus atribuciones.

No son novedades los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), salvando provincias y/o municipios, o los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que muchas veces avanzan sobre atribuciones del legislativo. Fallos del Poder Judicial que se “entrometen” en tiempos electorales en internas partidarias e inclusive de clubes de fútbol y cómo olvidarnos de esa dimensión de lo intocable de los magistrados que les garantiza estar exentos de algunos impuestos y deber validar su cargo de manera pública. Del otro lado un poder legislativo que posibilita bancas vitalicias y no de la misma forma abona a los debates de fondos que la sociedad reclama.

Cualquier intensión de mejora del estado y del funcionamiento de los poderes de éste, deberá versar sobre quién hace, quién controla y para qué, eso sí, con debates públicos, abiertos y con participación de la ciudadanía; ya que la misma que elige a por lo menos dos poderes del estado, debe ser la misma que comprenda y diseñe este nuevo sistema.

6. Transparencia y oxígeno en los partidos políticos

El sistema argentino establece que los candidatos surjan de los partidos políticos, los cuales han ido mudando de la idea de “partidos de masas” a la de “frentes electorales”. Esta mutación implicó algunos inconvenientes en términos de cohesión ideológica, impactando de lleno en las propias bases del electorado que no termina de reconocerse en tal o cual espacio.

Algo de avance implicó las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), ya que posibilita que los partidos diriman su interna de forma pública, aunque a la vez recibieron críticas de no ser necesarias, de implicar un gasto superfluo para el estado y que al hacer públicas las internas, los mismos partidos no sabrían y/o conocerían cómo dirimir sus conflictos internos.

Quizá sea tiempo de comenzar en buscar nuevos mecanismos que oxigenen los partidos políticos, no perdamos de foco que estas super estructuras (que en tiempos de “normalidad” se encuentran distantes), evidencian su capacidad de organización y cohesión en tiempos electorales, donde surgen candidatos, aparecen nombres y rápidamente se cierran filas y todo se presenta como lógico.

Si el tiempo que se viene demanda de algo, es que los partidos puedan territorializar de forma permanente su participación en la sociedad, que aporten en formación políticas, que participen activamente en los debates públicos locales, regionales y nacionales, que generen agenda pública y que formen nuevos cuadros políticos, institucionales, pero sobre todo ideológicos.

7. Establecer prioridades y un núcleo rígido sobre temas estratégicos nacionales

No son pocas las veces en que nos encontramos con cambios de gobiernos que no cambian únicamente de modelos de gestión (más cerca o más distantes de la ciudadanía), sino de norte institucional, por comprender que algunos temas que se venían abordando ya no son prioritarios.

Esto nos deposita frente a un mosaico de políticas públicas que van quedando de forma residual en un estado poco diseñado para hacer frente, cada 2 o 4 años a diferentes iniciativas.

Nuestra Constitución Nacional, cuya última reforma fue en 1994, estableció una suerte de “núcleo rígido” o núcleo de coincidencias básicas al que arribaron y acordaron los dos partidos mayoritarios de la época. Esto permitió un punto de encuentro y un horizonte de construcción común.

Si pudiéramos como país establecer algo similar, es decir abrir tema por tema, con ganas de debatir y avanzar hacia la generación de una agenda estratégica para los próximos 20 o 30 años, estaría organizando nuestro núcleo rígido sobre, quizá: matriz energética, sistema productivo, relaciones internacionales regionales y globales, modelo de acumulación y reparto, capacidad y rol de estado, entre otros.

Esta propuesta, “derramada” hacia gobiernos provinciales y locales, en este concierto federal, permitiría aunar esfuerzos de gestión en una misma dirección, dar sentido y valor a los planes de desarrollo y contener esas iniciativas que emanen, a pesar de las condiciones.

8. Federalizar lo federalizable, contagiando modelos de gestión y construyendo comunidad

Son muchos los esfuerzos y puntos comunes entre gobiernos subnacionales y gobierno nacional, rápidamente podemos mencionar los Consejos Federales en tanto espacio de vinculación y/o negociación, el Senado como nuevo lugar de equilibrio de representación de las provincias ante el sistema todo y el modelo de coparticipación federal (aunque debería ser rediscutido).

No se trata de inmiscuirse en asuntos ajenos. Cada nivel y cada poder tiene establecido normativamente su alcance e injerencia; aunque sigue siendo inminente y cada vez más urgente la necesidad de acordar.

Si pensáramos en términos asociativos desde lo local, municipios trabajando en bancos de experiencias exitosas, con sus Intendentas/es y Concejalas/es en red. Gobernadoras/es encontrándose con intenciones de mutua colaboración y entre todas/os discutiendo, debatiendo y proponiendo en un esquema federal, no caben dudas que se construirían nuevos y más legítimos (por su uso activo y actual), mecanismos de decisión y coordinación de políticas públicas temáticas, pero sobre todo de formación política.

Este tipo de esquemas asociativos, colaborativos son tema de estudio de la academia, quizá nuevas y más fuertes vinculaciones con ese sector puedan dar pistas e indicios de su potencia y quizá permitan trazar una hoja de ruta de cómo comenzar a diseñarlos, en consideración de los nuevos desafíos de un país tan extenso y complejo en su heterogeneidad.

9. Regionalizar efectivamente el poder en América Latina y el Caribe

Hemos, a lo largo de estos más de 200 años de historia en Argentina, evidenciado acuerdos y rupturas globales, cambios en la geopolítica, caída de naciones, aparición y desaparición de regiones enteras como tales, unificación y división de países, acuerdos y desacuerdos comerciales; dos y quizá estemos en camino a una tercera guerra mundial.

Si bien estamos tentados a mirar y tamizar todo desde la óptica europea, es cierto y tangible el riesgo de ello. Desde la academia ha habido avances y notorios aportes para pensar a y desde América Latina y el Caribe. Es que comprender la matriz de dominación (ahora económica), los planes provenientes desde la parte norte del hemisferio para apoderarse de los recursos naturales, en la región y comprender y tener presente que 200 años de “liberación” no terminan de cortar las amarras con Europa, es la clave para comprender con acierto lo hondo del problema.

Esta nueva óptica nos permite mirar y construir un pensamiento latinoamericano (no es que no haya pensadores), sino que revisar las políticas públicas en clave latinoamericana nos daría la ventaja de poder determinar de antemano su capacidad de funcionamiento, de impacto, quizá hasta de recepción local.

Mientras que grandes potencias mundiales, buscan formas distintas de asociarse entre sí, por mencionar rápidamente a algunas (la Unión Europea, la Euro Zona, los Brics, el grupo de los 8), en Argentina no terminamos de admitir que somos Latinoamericanos y que amén de alguna que otra relación comercial global, los aliados estratégicos deberían ser en primera medida nuestros vecinos con quienes compartimos historia cultural y de dominación histórica.

Este pasado común y horizonte en miras de una Patria Grande, debería motivarnos a rediscutir instrumentos de política regional como el Mercosur o el Parlasur, no para su desaparición, sino para valorarlos, rediseñarlos, oxigenarlos y nutrirlos de contenido político.

10. Comprender la influencia de los medios de comunicación en la vida de las personas

Es extensa la discusión sobre el rol de los medios de comunicación, su objetividad o militancia ideológica y partidaria y al fin y al cabo la necesidad de su existencia para garantizar estar informado.

En los últimos años, con la aparición de las nuevas tecnologías de la información, internet y los celulares, más en el último tiempo las nuevas formas de comunicación, como las redes sociales, las plataformas de streaming, los canales de youtube, inclusive los podcast de Spotify, han cambiado los hábitos de consumo y el modo de informarse.

Es un fenómeno global en esta nueva etapa del capitalismo que demanda de más y más rápido consumo, entre esos productos, se encuentran los contenidos digitales, y por ende la posibilidad de consumir noticias, medios y opiniones.

Una rápida pregunta es ¿cuál es la relación de los medios (todos ellos, en todos sus formatos) con los integrantes de las familias, y cómo repercute en distintos niveles de consumo y/o conocimiento adquirido, en tiempos de hiperconectividad?

Es decir, ¿todos los integrantes de un núcleo familiar, con sus distintas edades, consumen la misma información en diferentes formatos, o quizá los formatos clásicos son para cierta franja etaria que encima los considera como los únicos y los válidos?

Si encima uno quisiera cruzar esta posibilidad casi infinita de consumo de información, no siempre chequeada, con algo tan complejo como es la política, podríamos saber ¿cuánto influyen en los hábitos cotidianos y acaso en demonizar y/o santificar a algún candidato o política? ¿Qué queda detrás de todo eso?

No pretendiendo ahondar en un tema tan complejo, entiendo que el tiempo que se viene demanda de comenzar a pensar ¿dónde queda el estado y las personas, en este esquema?, y en esta misma dirección, ¿quién decide por quién?

Quizá el mayor desafío que tengamos por delante sea encontrar los espacios para comenzar a desenmarañar esta carrera a la que nos subimos sin las medidas de seguridad, o sin las instrucciones de uso, porque por más que no terminemos de comprender cómo y/o por qué se dan las cosas, éstas nos afectan de igual manera y directamente.

El poder construir espacios de reflexión, para aproximarnos al fenómeno, lugares de encuentro interdisciplinarios, pero sobre todo intergeneracionales, nos posibilitará comenzar a discutir y pensar en ello.

Federico Vasches
Integrante del Observatorio de Políticas Públicas y Sociales de Río Negro.

Continuar leyendo

Opinión

Día de Las Personas con discapacidad: Discapacidad y trabajo, un decreto inclusivo, y los desafíos del nuevo gobierno

Nota de opinión por Emilio Epulef. Licenciado en Comunicación Social.

el

El trabajo para todas las personas lo dignifica, y es un derecho fundamental en la sociedad moderna en donde la interacción social necesita siempre de la mano de obra o conocimientos en labores diversas. Para las personas con discapacidad este derecho es una necesidad acuciante en el cual el Estado Nacional no ha logrado abrevar, en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad sancionada en el año 2006, pero que en nuestro país entró en vigor en el año 2008, mediante la ley 26.378, y en el año 2014, mediante la ley 27.044 se le otorgo jerarquía constitucional, afirma en su artículo 27 el derecho y el acceso al trabajo de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones que las demás, este derecho involucra a los estados partes de la presente convención, además pregona que dichos ambientes laborales, sean abiertos, integrales, y accesibles para la población con discapacidad, en Argentina este derecho está legislado por la ley 22.431 del año 1981 en el cual en su octavo articulo afirma el derecho al trabajo, y establece además que los estados y sus tres poderes independientes, los organismos y empresas públicas y privadas tienen la obligación de tener en su planta de trabajadores un total de 4% de personas con discapacidad, esto fue reafirmado por el decreto 312 del año 2010.

Si bien estos derechos no han sido cumplidos en su totalidad, aquí vemos que la tasa de desempleo en personas con discapacidad es superior al 10% de la población, según datos obtenidos por el indec en el año 2018, esto es superior a la tasa de desempleo general que es del más del 6%, además la tasa de inactividad de este sector social es del 64,1% esto incluye que solo dos de cada tres personas no poseen ni buscan trabajo, ya que una de las barreras a las cuales deben enfrentarse es la económica, debido que si realizan aportes a la caja previsional, corren el riesgo de perder su beneficio no contributivo. Lo cual produciría un daño social, sino también económico a la persona con discapacidad y se lo excluiría socialmente, y se lo impediría de acceder a los servicios básicos.

En Argentina la convención no se cumple, sin embargo, el día 29 de Noviembre de este año, entro en vigencia el decreto N° 526/2023 publicado en el boletín oficial, y rubricado por el ejecutivo nacional.  Que establece que toda persona con discapacidad pueda acceder a un empleo sin perder su pensión no contributiva que era una de las barreras en las cuales debían interactuar las personas con discapacidad. Esto sin duda genera un cambio positivo en ámbitos de inclusión, no solo social, sino también laboral y cultural, pero siembra dudas ya que a partir del 10 de diciembre asume el nuevo presidente electo, cuya política estará signada por el ajuste fiscal.

Este decreto es un gran paso para generar accesibilidad laboral, social y cultural, solo falta saber cómo el nuevo gobierno lo instrumentara y que políticas sociales implementara para contener a este sector social, y no generar más exclusión, y promover la integración de las personas en situación de discapacidad.

Nota de opinión por Emilio Epulef
Licenciado en Comunicación Social.

Continuar leyendo
Advertisement
Advertisement
Advertisement