Opinión
El modelo sojero que atraviesa a todos los gobiernos
Por Diego Rodil, secretario de Asuntos Socio Ambientales del Partido Socialista de Río Negro.
En los últimos años, venimos siendo testigos de inundaciones extraordinarias, propias de la Biblia. En el siguiente artículo analizaremos su relación con el cambio climático y el modelo de agronegocios (con predominio del monocultivo de la soja) impuesto por el menemismo y sostenido hasta la actualidad, por todos los gobiernos que lo sucedieron.
El intendente de la ciudad bonaerense de Salto reflexionó luego de haber sufrido la inundación más grande de su historia: “somos parte del cinturón sojero, aportamos el 9% de la producción de soja del país. Sembramos soja hasta en las macetas y eso está afectando un poco».
Las inundaciones son cada vez mas frecuentes y trágicas, y lo peor es que lejos de mejorar, la situación se va a ir agravando. ¿por qué? Porque siguen los desmontes que son sinónimo de más inundaciones. Los desmontes se realizan principalmente para plantar soja, cultivo que sólo retiene el 10% del agua de lluvia -mientras el monte nativo absorbe 300 milímetros de agua por hora, una pastura convencional con ganado 100 milímetros, y un campo con soja apenas 30 milímetros por hora-. Por lo tanto, cuando llueve el agua simplemente se desliza por el campo y pasa a engrosar el caudal de los ríos y ocurren inundaciones como la que vienen soportando gran cantidad de pueblos del noroeste de Buenos Aires, sur de Córdoba y Santa Fé.
En este marco, el primer problema es la deforestación y luego el monocultivo de soja, sin rotación de cultivos. Antes de la soja en los campos estaba el monte y el monte lograba retener el agua, como si fuera una esponja, que almacena agua y la va liberando de forma gradual. Pero, el fuerte retroceso de la actividad ganadera y la menor siembra de gramíneas como maíz, sorgo o trigo confluyeron para que las napas de agua estén demasiado cerca de la superficie y faciliten los anegamientos, indicó un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “A partir de datos históricos se puede observar una relación directa entre el incremento de los cultivos agrícolas (y del cultivo de soja principalmente) y el acercamiento de la napa freática a la superficie”, afirman los autores.
De esta forma, la deforestación y el monocultivo tienen un peso determinante en los océanos que se forman en las llanuras, y sostienen que las soluciones pasan, más que por las obras hidráulicas, por la planificación del uso del suelo. “Es fácil echarle la culpa al cambio climático, que existe y no lo minimizo, pero no tenemos evidencia clara de que estas lluvias sean particularmente distintas a las del pasado. De lo que estamos seguros, es que el uso que hacemos del suelo es distinto”, sostuvo el ingeniero agrónomo e investigador Principal de Conicet, José Paruelo.
Por otro lado, un informe del Banco Mundial, de septiembre de 2016, señaló que “entre 2001 y 2014 la Argentina perdió más del 12% de sus zonas forestales, lo que equivale a perder un bosque del tamaño de un campo de fútbol cada minuto”, a lo que se suman “los efectos de la agricultura industrial”. El estudio concluye que “las inundaciones son el mayor desastre natural que amenaza a la Argentina, y representan el 60% de los desastres naturales y el 95% de los daños económicos”. En la región chaqueña se verifican las tasas de desmonte más altas de toda Sudamérica y de las más altas del mundo, según Paruelo.
Para la socióloga Maristela Svampa y el abogado Enrique Viale, deben debatirse las consecuencias, ya inocultables, del modelo productivo/extractivista consolidado en nuestro país. Las causas de la emergencia socio-ambiental que hoy golpea a la Argentina, están lejos de aparecer como una “tragedia inevitable”. El cambio climático, profundiza y multiplica los fenómenos climáticos extremos, pero a esto hay que sumarle la expansión de un modelo de (mal) desarrollo, incompatible con los ciclos de la Naturaleza.
Los incendios, inundaciones, sequías y demás eventos extremos son consecuencia de un fenómeno extendido en el planeta, que las políticas de gobierno potencian a través de medidas en favor del agronegocio, la megaminería, la fractura hidráulica -fracking- y los megaemprendimientos inmobiliarios, entre otros. Más allá de sus diferencias internas, dichos modelos presentan una lógica común; gran escala, ocupación intensiva del territorio, amplificación de impactos ambientales y socio-sanitarios, preeminencia de grandes actores corporativos y democracia de baja intensidad, afirman Svampa y Viale.
Ahora bien, ¿qué país puede estar preparado para el cambio climático, o generar verdaderas estrategias de adaptación, si cuenta con políticas públicas que promueven ciegamente la deforestación, la destrucción de humedales, el incremento de la producción de combustibles fósiles, entre otros?
El corazón del modelo sojero totalmente inundado no es sólo consecuencia de altas precipitaciones, sino de un suelo que ya no absorbe los excesos hídricos, producto de un capitalismo agrario que necesita arrasar con bosques nativos y humedales en su avance por los territorios. Un modelo que es necesario replantear, porque si bien trae riqueza para un sector de la población argentina, genera enormes impactos negativos que paga el resto de la sociedad y la naturaleza. ¿Acaso no cuentan ni siquiera los costos económicos que generan los daños producidos por las inundaciones y los incendios? ¿O los costos en salud, cuando no de vidas humanas?
En este contexto, cuando gran parte de la clase política mira para otro lado y no quiere relacionar las causas de las inundaciones con el modelo de mal desarrollo y los desastres ecológicos que éste genera, el territorio se degrada de manera irreversible. Mientras tanto, en este país de necios, seguimos sin debatir un nuevo modelo productivo, que debería estar basado en la soberanía alimentaria, la agricultura familiar, la agroecología y el buen vivir.
Diego Rodil.
Secretario de Asuntos Socio Ambientales del Partido Socialista de Río Negro.
Gremios
El estado de situación en el que se encuentra nuestro gremio es un punto límite
Nota de opinión por Patricia Cetera, Hector Roncallo, Lúa Hernández y Marcelo Nervi, de la Lista Unidad Azul Arancibia de UnTER.
El estado de situación en el que se encuentra nuestro gremio es un punto límite. Nunca se vivió ya que siempre como organización gremial y como grupo que nos tocó conducir en varios períodos, apostamos al diálogo primero.
Como Agrupación queremos ser claros, no estamos de acuerdo que no se acate la conciliación por que como lo manifestamos en las asambleas, no sólo es una herramienta de lucha al permitir retrotraer cualquier definición que no nos favorezca. Sabemos que la conciliación dictada es un mamarracho, que es una apretada, consecuencia de un gobierno que para nada le interesa la educación y menos a los trabajadores y trabajadoras. Sólo les interesa captar amigos, y hasta supuestos opositores que disfrazados de lobo se convierten rápidamente en cordero cuando de lugares y oportunidades se trata. Contra este pulpo de la pésima política y del uso indebido del poder, también luchamos, cuando vemos quienes conducen la CTA y nos quieren dar clase de lucha y la gran mayoría son candidatos en los partidos políticos, lo que no está mal, lo que sí está mal es que no se corran en procesos electorales.
Cuando fundamos la CTA lo hicimos bajo la convicción de ir en contra de las malas prácticas sindicales y hoy nos sorprenden al igual que ayer. Somos conscientes que la letra de la legislación no la escribimos los trabajadores, esto es histórico desde hace mucho tiempo, antes de la llamada «conquista del desierto» y de tanto en tanto también reconocemos que algunas escrituras fueron y lo son favorables al pueblo trabajador, pero en estos momentos políticos de derechización casi todos actúan parecido, imponiendo el peso de la ley, aunque esté mal parida y puesta igual.
Como agrupación sabemos cuándo y cómo actuar a fondo, sabemos de antecedentes, por eso expresamos que había que aceptar y si el resultado no nos favorece ir a fondo en un paro indeterminado real.
Lamentablemente primó el esfuerzo opositor hoy con votos consecuencia de las mentiras en las redes, jugando al mejor «lawfare» que utiliza la oposición derechista, que por otra parte es histórico en nuestro país, y así no lograr serios resultados para los trabajadores y trabajadoras, sino con el claro fin de trabar a las conducciones de nuestra agrupación, de cerrarles el camino de la cordura, de logros, que, aunque sean en paso a paso, son logros que van mejorando nuestro estado laboral. De esta manera en la supuesta democracia se definió el todo o nada. Nunca fue así, nunca fue el todo o nada y esto también es histórico. Eso es lo que nos diferencia claramente y respetuosamente con quienes creen que están haciendo la guerra de guerrillas y quienes entendemos que en estas etapas del mundo que nos toca, es ir logrando paso a paso los resultados, sin el sacrificio de los compañeros a través de posibles descuentos, sanciones individuales, sanciones colectivas y gremiales, etc.
Estamos a favor de la participación partidaria y electoral de cada uno de los afiliados, pero no acordamos que utilicen (nadie) la estructura sindical, para hacerse ver en la combatividad.
Queremos dejar en claro por qué no acordamos esta postura de no a la conciliación, porque nunca lo hicimos, siempre primó el resguardo sindical, herramienta básica de defensa de los trabajadores, preservándola en su totalidad y no como algunos supuestos combativos que sólo encararon cuando fueron conducción, la retención de servicio como lo más extremo, y hoy dicen que prefieren un sindicato pequeño, sin jardines maternales, sin obra social, sin beneficios sociales, sin una estructura sindical con trabajadores y trabajadoras, sin centros recreativos, sin hoteles, etc, etc, porque afirman que todo debe ir a la lucha.
Ante semejante irresponsabilidad histórica, nosotros decimos que primero el diálogo y luego agotado, todos a la lucha total, pero siempre defendiendo el sindicato.
No queremos que los compañeros se encuentren perjudicados, no queremos construir en base al discurso del odio, sabemos que en el paso a paso logramos y seguiremos logrando un gremio respetuoso, de lucha y logros sindicales. Por eso insistimos y aunque no estén en acuerdo, dejar en claro nuestra postura: aceptar la conciliación no significa abandonar la lucha, es dar un paso estratégico para seguir luchando con toda la fuerza del sindicato unido.
De esta manera atándole los pies y las manos a una conducción no la dejan conducir y menos representar.
Patricia Cetera, Hector Roncallo, Lúa Hernández y Marcelo Nervi
Lista Unidad Azul Arancibia de UnTER.
Opinión
El Consejo del Salario aplicó un ajustazo con complicidad de la CGT
Nota de opinión por Rodolfo Aguiar, Secretario Adjunto de ATE Nacional.
Tras la reunión del Consejo del Salario en la que se definió una suba del ingreso mínimo de 26,6%, cuotificado en los próximos tres meses, considero que se trata de un ajustazo con la complicidad de la CGT.
El salario mínimo sigue siendo de indigencia y el gobierno perdió una gran oportunidad de empezar a recuperar los ingresos de la población. Este fue el peor aumento otorgado en este ámbito y se pone en riesgo la paz social. Según lo definido, el incremento será del 15,6% en abril, 6% en mayo y 5% en junio, por lo que el próximo mes el monto estará fijado en $80.342, monto similar al de la actual Canasta Básica Alimentaria ($80.483).
La situación se agrava si se compara el ingreso mínimo con la Canasta Básica Total que define la línea de pobreza, la cual se ubica en $177.063 actualmente para una familia tipo. Se derrumban las expectativas puestas en el Consejo del Salario como la herramienta que permitiría mejorar las condiciones de vida de los asalariados y los sectores populares. El nuevo ingreso mínimo es sólo un tercio del que debería ser.
El gobierno sigue cediendo a los empresarios inescrupulosos. Nos siguen explotando por menos dinero del que la propia ley vigente en la Argentina dice que tiene que ser. El salario debe ser una retribución justa que alcance para la vivienda digna, alimentación adecuada, vestimenta, salud, educación, recreación, esparcimiento, vacaciones, ahorro y previsión social. Pero en realidad, después de este incremento, no alcanza ni para comer y menos aún para pagar un alquiler.
Cabe destacar algunas prestaciones sociales, como los planes Acompañar y Potenciar Trabajo, definen sus montos a partir del salario mínimo establecido. Durante la reunión, la CTA Autónoma, central obrera que es integrada por ATE, fue la única que rechazó estos números.
Rodolfo Aguiar
Secretario Adjunto de ATE Nacional
Desde Cambia Río Negro repudiamos un nuevo intento de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner de avasallar la institucionalidad del país al desobedecer un fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Los fallos de la Corte Suprema deben ser acatados, en tanto se trata de la instancia máxima del Poder Judicial de la Nación. Todo lo contrario a lo que creen el kirchnerismo y sus socios que a la desobediencia de un poder del Estado a otro suman una maniobra fraudulenta que cambia las reglas del juego para el beneficio de una persona o un sector político, perjudicando la
República y la división de poderes.
En un nuevo acto de kirchnerismo explícito, el Senador Alberto Weretilneck convalidó con su presencia, con su voto y hasta con un discurso justificatorio de la desobediencia a la Justicia, las maniobras fraudulentas de Cristina Fernandez. Son socios en la trampa y también en el fracaso de la gestión del país.
Este no es más que un nuevo capítulo en la historia del cambio en las reglas de juego que propone el kirchnerismo a nivel nacional, y convalida Weretilneck en el Senado. Al voto en favor de Doñate como Consejero del Consejo de la Magistratura, se le suman la presentación del proyecto para suspender las PASO por parte del Diputado Di Giacomo o la reciente reforma electoral provincial, propiciada también por JSRN.
Para los rionegrinos no hay nada mejor que dirigentes honestos pero sobre todo comprometidos con la institucionalidad, la república y la división de poderes.
Tenemos que decir basta a estas prácticas que buscan someter las instituciones para intentar sacar una ventaja personal o política.
Cambia Río Negro.